LETRAS EN VERDE

Caminando hacia un nuevo modelo energético


María del Carmen García Rodríguez




Aún el cambio del modelo energético es posible si cada uno de nosotros se compromete al menos a reducir su consumo.Se puede consumir menos y vivir bien.

El alto nivel de vida del que disfrutamos en los países desarrollados necesita del consumo de grandes cantidades de energía para sostenerse. No podemos olvidar que somos responsables en parte de las emisiones de CO2 a la atmósfera, así pues, os informo de que podemos hacer muchas cosas para ahorrar energía y ser más eficientes convirtiéndonos en consumidores responsables, no derrochando la energía desde nuestros hogares.

La climatización de nuestras viviendas, la iluminación, los electrodomésticos, los vehículos, requieren enormes aportes energéticos. Pero sabéis que el 85% de la energía primaria que consumimos la compramos a otros países: Arabia Saudí, Irak, Venezuela, Rusia, Argelia... esto hace que nuestro modelo energético sea frágil y nos cueste mucho dinero traer esos combustibles fósiles como el petróleo desde tan lejos y si encima lo perdemos por el camino, pues es como si tiráramos el dinero directamente a la papelera.

Sólo la provincia de Granada gasta en su abastecimiento energético equivalente a el 1,4 millones de toneladas de petróleo, lo que supone más de una tonelada y media por persona al año. Esta energía se ha producido en puntos tan lejanos, a partir de petróleo fundamentalmente y en su largo transporte hasta nuestra provincia se han producido pérdidas del 27%.


Por el contrario, la energía producida en la provincia de Granada con fuentes renovables propias, no supera el equivalente a 0,3 millones de toneladas de petróleo. Es decir, consumimos mucha más energía de la que producimos.

Por otro lado, el 93% de los recursos energéticos que utilizamos son de origen fósil: petróleo, carbón, gas natural o uranio. Esto significa que se trata de bienes limitados, generados por la Tierra hace millones de años y que nosotros los humanos estamos consumiendo a un ritmo tan acelerado que a la pobre Tierra no le da tiempo a crear más. Los científicos estiman que para el año 2050 estos bienes se habrán agotado y ¿qué ocurrirá después?.

Al margen de las estimaciones sobre el tiempo de agotamiento, lo cierto es que estos recursos se acaban y es necesario disponer de alternativas energéticas. Esto hace inevitable un replanteamiento de nuestro sistema energético, e incluso de nuestra propia conducta, así como la utilización de otras fuentes de energía, autóctonas, ilimitadas y no contaminantes.

A continuación, detallaremos algunos consejos prácticos para ahorrar energía en nuestras viviendas.

Algunos trucos para ser eficientes energéticamente en el hogar:

Reduce las fugas de calor y protege tu casa contra el frío aislando las puertas y ventanas. Con un buen aislamiento térmico puedes ahorrar entre un 20 y un 40% en calefacción.

Cambia las lámparas incandescentes por lámparas fluorescentes o de bajo consumo, que proporcionan el mismo nivel de iluminación, duran 8 veces más y ahorran hasta un 80% de energía.

Los electrodomésticos, grandes responsables del gasto de energía.

Calefacción, agua caliente y cocina representan el 24% del gasto eléctrico: la temperatura en casa no debe superar los 22o C, no se deben prologar las duchas ni utilizar el agua a temperatura excesivamente elevada.

El frigorífico, un 21% del gasto eléctrico: coloca el frigorífico o el congelador en
un lugar ventilado, fresco y lo más lejos posible de fuentes de calor. Descongela los alimentos con tiempo suficiente, metiendo los congelados en el frigorífico y evitando usar el microondas o el horno.


El televisor es el tercer aparato que más gasta, el 12%, debemos mantenerlo apagado cuando no se le presta atención.

El ordenador debemos apagarlo cuando nos mantenemos ausentes por un tiempo superior a media hora. En periodos cortos podemos apagar solamente la pantalla, y al volver no tendremos que esperar a que se reinicie el equipo. Las pantallas LCD ahorran un 37% de la energía en funcionamiento, y hasta un 40% en modo de espera. El salvapantallas que menos energía consume es el de color negro.

La lavadora, representa el 5% del gasto energético en el hogar, aprovecha al máximo la capacidad de tu lavadora y procura que trabaje siempre con carga completa. Reducirás el consumo de agua, detergente y energía y alargarás la vida del aparato.

El lavavajillas representa el 1%, si compras un lavavajillas nuevo, elige un modelo con dispositivos específicos para lavar a media carga. Consumen menos detergente y ahorran hasta un 30% de agua y energía por cada lavado.

Otros electrodomésticos, como videos, aspiradores... suponen el 13% del gasto de luz. Los filtros sucios y los depósitos llenos de polvo hacen que el motor de la aspiradora consuma más energía se reduzca su vida. Limpia o sustitúyelos con frecuencia.

Procura desconectar el interruptor del televisor, el vídeo o el equipo de música. Si los apagas con el mando a distancia, algunos componentes de estos aparatos siguen conectados y consumiendo hasta el 80% del consumo normal. Algunos aparatos consumen poco, pero al estar enchufados permanentemente su gasto acaba siendo elevado. Por eso, apaguemos los que disponen de modo de espera (“stand by”) cuando no los usamos. Este tipo de consumo se conoce como Consumo Fantasma, parece que está apagado pero la realidad es que consume, no te parece que es un gasto que podríamos evitar con un simple gesto, apretar un botón o bien podemos colocar regletas con interruptor y cuando nos vamos a dormir apagamos todos los aparatos que tengamos conectados.

El transporte o movilidad de las personas ha propiciado el aumento y dependencia de los derivados del petróleo y está produciendo graves problemas de contaminación ambiental. Cada vez esta tomando mayor protagonismo, el vehículo privado. De hecho, las familias españolas consumen un 15% de la energía generada en España en el uso del coche privado. Debemos tener en cuenta que, en la mayoría de las ocasiones, existen otras alternativas al uso del coche: compartir el coche, utilizar los transportes públicos, las bicicletas o caminar, nos producen un ahorro en combustible y también en emisiones de contaminantes. Podemos utilizar biocarburantes que son menos contaminantes (biodiésel) y además, podemos elegir siempre un coche con la potencia ajustada a nuestras necesidades (MAYOR POTENCIA=MAYOR CONSUMO). Al comprar un coche nuevo elíjelo con calificación energética A o con tecnología híbrida, que ahorran en consumo y respetan el medio ambiente.

La basura doméstica, cada uno de nosotros genera 600Kg de residuos al año. El 65% de nuestros residuos es recuperable o reciclable, podemos ahorrar energía si recordamos “la regla de las 3 R”: REDUCIR, REUTILIZAR Y RECICLAR.

Asume el reto, muévete y comprométete! El cambio que necesita nuestro planeta, nuestra sociedad, nuestra ciudad, para afrontar la nueva era energética, no depende sólo de mejores tecnologías, de fuentes renovables, de nuevos sistemas de distribución, depende, además, de un nuevo comportamiento individual. La clave está en asumir un compromiso de ahorro, de disminución de nuestro consumo y de mejora de la eficiencia en el uso de la energía.